Éxito rotundo de la Olimpiada Abadiana 2025

Éxito rotundo de la Olimpiada Abadiana 2025Participantes en pleno arranque de las actividades en el parque Caña Hueca, sede oficial de las competencias. Alan Pola/CP

Tuxtla Gutiérrez fue el epicentro de la edición 2025 de la Olimpiada Abadiana, una jornada multideportiva que, como cada año, reunió a generaciones enteras de la familia Abadía en torno a la convivencia, el esfuerzo físico y el amor por sus raíces. En esta ocasión las competencias tuvieron lugar en el parque Caña Hueca, donde el entusiasmo y el espíritu de equipo destacaron en cada actividad.

Desde temprana hora los integrantes de esta gran familia se dieron cita en el complejo deportivo, donde fueron recibidos por los anfitriones de esta edición, los Abadía Hau, que organizaron una programación muy dinámica. Cada uno de los espacios se transformó en un punto de encuentro donde chicos, jóvenes y adultos pusieron a prueba sus habilidades físicas y mentales.

Uno de los momentos más destacados fue el “rally” de obstáculos, que combinó pruebas de fuerza, velocidad, equilibrio y estrategia. Esta actividad permitió observar el trabajo en equipo entre los integrantes de distintas generaciones, quienes, más allá de competir, buscaban divertirse y colaborar para cruzar la meta.

Las dinámicas de coordinación y motricidad también tuvieron protagonismo, como los juegos con globos en pareja, en los que se evaluó la destreza y la sincronización entre participantes. Las risas y la energía fueron constantes, reflejo del ambiente de armonía que reinó durante toda la jornada.

No podía faltar la disciplina más esperada, el Futbol. En las canchas de pasto sintético de Caña Hueca se disputaron varias “cascaritas” intergeneracionales. Padres, hijos, primos y tíos compartieron el terreno de juego, con jugadas vistosas, goles celebrados con júbilo y porteros improvisados que sacaron aplausos desde la banca. Este evento dejó claro que, en la familia Abadía, el deporte es una herramienta de unión y tradición.

Además del ejercicio físico, la Olimpiada permitió que los participantes provenientes de distintos puntos del país conocieran una parte importante de Chiapas a través de estas actividades. Para quienes viajaron desde lugares como Monterrey, Guadalajara, Ciudad de México o Puebla, este fue también un encuentro con las raíces del sureste, con el clima cálido de Tuxtla y con la cultura que define a la región.

Al final se realizó una premiación simbólica con medallas y reconocimientos para todos los asistentes, destacando el valor de la participación y el esfuerzo por encima de la competencia. Fue una forma de cerrar con broche de oro una jornada que cumplió con creces el objetivo de fomentar la activación física, la convivencia y el sentido de pertenencia.

La parte final del evento fue complementada por una cena-gala en la que se presentaron bailes folclóricos, momentos de agradecimiento y palabras de motivación para mantener viva esta tradición. La familia Abadía se despidió con nostalgia, pero también con entusiasmo por la próxima edición.