Heidi es un libro infantil de 1880 de la escritora suiza Johanna Spyri. Recibe el nombre del personaje protagonista de la historia, Heidi, una pequeña niña que vive en los Alpes suizos, cerca de la frontera con Austria.
La novela ha dado fama internacional a Spyri, siendo uno de los libros más leídos de la literatura suiza en el mundo. Lleno de inocencia, resalta los valores humanos y el amor hacia la naturaleza.
Originalmente Spyri creó la obra en dos partes: Heidi, en 1880, y De nuevo Heidi, en 1881. A partir de 1885 las siguientes ediciones unieron las dos novelas en un solo tomo, y así es como se conoce la historia en todo el mundo, ya que las traducciones se basaron en la versión unificada.
Durante mucho tiempo, dado que no se conocía mucho acerca de la vida de Spyri, se asoció al personaje de Heidi con la infancia de la autora, la cual en verdad se había inspirado en sus propias vivencias infantiles para la creación de la protagonista de su novela. Heidi constituye, no obstante, el estereotipo de la aldeana suiza de finales del siglo XIX y un ícono cultural de su país.
Heidi es una niña suiza huérfana cuyo nombre real es como el de su madre, Adelheid, de donde proviene su sobrenombre abreviado, Heidi. Queda al cuidado de su joven tía Dete, que trabaja en un hotel de Bad Ragaz. Apenas la mujer encuentra una buena oportunidad de trabajo en Fráncfort, Alemania, lleva a la niña desde Ragaz a vivir a su aldea natal de Dörfli (literalmente, en dialecto suizo alemán, “pueblito”), en la comuna suiza de Maienfeld, con su abuelo, a quien no conoce y a quien los habitantes llaman “El Viejo de los Alpes”, por ser casi un ermitaño.
Heidi es cautivada por la vida en los Alpes, donde tiene un contacto directo con la naturaleza. Ahí conoce a Pedro, un chico que se encarga de pastorear a las cabras de los aldeanos y que se convertirá en el mejor amigo y compañero de aventuras de la pequeña. Ahí pasa tres inviernos en las montañas viviendo felizmente, aunque alejada de la sociedad, pues su abuelo se niega a que acuda al colegio. La pequeña entabla, sin embargo, una gran amistad con la abuela y la madre de Pedro.