Teocalli, símbolo que se tornará efímero

Teocalli, símbolo que se tornará efímeroEl investigador Miguel Pastrana diseccionó algunas claves del monolito. Cortesía

“Colocar una réplica del Teocalli de la Guerra Sagrada a un costado de Palacio Nacional no creo que aporte mucho al espacio público ni a quienes caminen por allí, aunque seguramente el gobierno de la Ciudad de México no compartirá mi opinión”, dice Miguel Pastrana Flores, investigador y académico del Instituto de Investigaciones Históricas, durante una visita al Museo Nacional de Antropología (MNA), donde se exhibe la pieza original del teocalli, que los arqueólogos extrajeron de Palacio Nacional en 1926.

A su modo de ver, reproducciones como esta (2 a 1 en el Zócalo), que fue develada hace un par de días en la esquina nororiente de la Plaza de la Constitución perderá visibilidad en poco tiempo.

“Piensa en cualquier monumento y verás cómo la atención se pierde. Lo que a mí me parece que hace falta es una mayor vinculación con el origen y la base, que es el museo, y no tanto con el monumento, que es algo del político, para que se note que se puso una piezota, pero con el tiempo también se olvidará quién la puso”, expone.

“Me parece que si la pieza está fuera de contexto solo va a ser otro monumento que nadie va a pelar. Ése es el punto. ¿Cuántos existen hoy en Paseo de la Reforma y nunca los leemos ni los miramos? Yo creo que sería más interesante llevar a los niños a los museos, de manera obligatoria, pero con una experiencia lúdica, que no sea aburrida ni traumática, es decir, que no los vacune de volver al museo”, asevera el también académico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Embellecer la ciudad

Respecto a la pieza original del Teocalli de la Guerra Sagrada, que se exhibe de forma permanente en la Sala Mexica del MNA, Pastrana detalla que aunque no se cuenta con una fecha exacta de su elaboración, se deduce que ocurrió alrededor de 1507. Esto, con base en las fechas que ostenta el monolito en la parte frontal, donde se aprecian varias inscripciones en sistema de escritura náhuatl.

La pieza fue vista durante la primera remodelación que se hizo en lo que hoy es el Palacio Nacional, hacia 1831, aunque en ese momento no la pudieron extraer, ya que no se contaba con la tecnología para retirarla, pero sin poner en riesgo la estabilidad del edificio. “Sin embargo, desde entonces se captó la importancia de sus relieves y, de hecho, Lucas Alamán fue el primero en hacer su descripción y destacó que en la parte de atrás ostentaba un relieve que recordaba al escudo nacional”, comenta.

Finalmente, habla de los personajes centrales de esta pieza que contiene numerosos elementos alusivos a la guerra.