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Hoy Escriben - Catón

De política y cosas peores

En horas de la madrugada la señora se percató de que su esposo no estaba en el lecho conyugal. Oyó ruidos extraños procedentes del cuarto donde dormía la mucama. Fue hacia allá, abrió la puerta y se encontró con la visión inesperada de su marido en trance de fornicación con la muchacha de servicio. “¡Mano Poderosa! -exclamó la señora, que recordaba jaculatorias aprendidas de su abuela-. ¿Qué significa esto?”. El esposo se enderezó en la cama del pecado. “¡Qué barbaridad! -exclamó frotándose los ojos con simulado desconcierto-. ¿Hasta dónde me irá a llevar mi condición de sonámbulo?”... La maestra trataba de historia de Roma. Le preguntó a Pepito: “¿Recuerdas alguna frase célebre de César?”. “Sí -respondió el chiquillo-. Dijo: ‘Yo hago la ensalada’”... Don Poseidón, granjero acomodado, fue a visitar a su hija casada, que vivía en una granja vecina. Ella, para lucirse, le hizo un desayuno especial que incluía un omelette de huevo con queso roquefort. Don Poseidón olfateó el platillo, receloso, y le dijo luego a su hija: “Cuida a tus gallinas. Se me hace que un zorrillo se está metiendo con ellas”... Dos jóvenes varones casados entre sí cenaban en su departamento. Le preguntó uno al otro: “¿Supiste que el chico y la chica del 14 se van a divorciar?”. “No me extraña -respondió el otro-. Así terminan frecuentemente esos matrimonios mixtos”... En el supermercado un señor se acercó a una guapa chica y le dijo: “No encuentro a mi esposa. ¿Podría hablar con usted unos momentos?”. “¿Por qué?” -preguntó la joven. Explicó el señor: “Porque no puedo hablar un minuto con una muchacha bonita sin que se aparezca mi mujer”... El changuito se casó con la jirafa. Cuando volvieron de su luna de miel los demás micos le preguntaron al monito cómo le iba con la jirafa en la intimidad. Respondió: “Bien, por lo general. Solo hay un inconveniente: en el acto del amor acostumbra pedirme a cada rato que le de un besito. Eso no solo me hace perder el ritmo: las subidas y bajadas me tienen agotado”... Cada dictadura lleva dentro de sí el germen de su propia destrucción. Por regla general su acabamiento se origina en pugnas internas, en luchas entre sus capitostes por hacerse del poder. Hay quienes piensan que la dominación de Morena durará lo mismo que duró la hegemonía del PRI. Yo no lo creo. Respeto grandemente todas las opiniones, incluso las mías. Considero, sin embargo, que los morenistas están muy lejos de tener la férrea disciplina que a lo largo de siete décadas mostraron los priístas, obedientes todos a una serie de reglas no escritas, pero que todos cumplían. En virtud de esa unidad con el presidente en turno el partido de la Revolución mostraba una adaptabilidad que le permitía acomodarse al cambio de los tiempos. Morena, en cambio, tiene la rigidez de las instituciones que dependen de un solo hombre, en este caso el caudillo que desde su falso retiro sigue ejerciendo el mando. Tal maximato representa el riesgo mayor para Morena. Ese partido durará, en el mejor -peor- de los casos, mientras su cacique dure. Al comenzar la noche de bodas el novio se dirigió, solemne, a su flamante mujercita: “Dime, Rosibel: ¿eres virgen?”. “¡Ay, Ultimio! -se impacientó ella-. ¿En momentos como este vamos a hablar de religión?”. Babalucas le preguntó a su vecina: “La mamacita de usted ¿vive todavía?”. “No -respondió, triste, la señora-. Hace dos años subió a la azotea a tender la ropa, resbaló, cayó, y se fue Cielo”. “¡Caramba! -se sorprendió Babalucas-. ¡Rebotó bastante!”... Decía cierta esposa: “Mi marido me recuerda a las series: justo cuando la cosa empieza a ponerse interesante termina el episodio”... FIN.

Mirador

Por Armando FUENTES AGUIRRE.

“... Julio Romero de Torres pintó a la mujer morena...”. Así empieza la letra de un famoso pasodoble.

No sólo pintó mujeres morenas aquel pintor de España. Su primer cuadro se llama “¡Mira qué bonita era!”. En el barrio de Santa María, en Córdoba, murió una niña de 12 años. El artista, impresionado por su temprana muerte, pintó la escena de sus funerales. Yace la jovencita en su ataúd, puesto en la sala de la casa. Su larga cabellera sale del féretro y cae como negro crespón sobre la blanca tela que cubre el túmulo mortuorio. Junto a la muerta, sentado en una silla, llora el padre ocultando su rostro entre las manos. La madre, de pie, gime desconsolada. En un rincón la abuela reza su rosario. Por la ventana abierta, que deja entrar a raudales la luz de la mañana, se asoman los curiosos. Hay entre los dolientes otra niña. Entendemos que es amiguita de la muerta. Su larga cabellera cae como anuncio de crespón negro sobre su albo vestido juvenil.

“... Julio Romero de Torres pintó a la mujer morena...”. También pintó el eterno ritmo de la vida y la muerte.

¡Hasta mañana!...

Manganitas

Por AFA.

“Asesinan a un funcionario en pleno centro de Reynosa.”-

Masacre ocurrió también

en la ciudad de Irapuato.

La 4T da otro dato:

Estamos requetebién.