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Hoy Escriben - Elio Henríquez

Rotonda pública

Los contenedores

La iniciativa de las autoridades municipales de San Cristóbal de Las Casas de colocar contenedores para depositar basura en distintos puntos de la ciudad no está dando el resultado que se esperaba, debido a que muchos pobladores les están dando un uso diferente para el que fueron concebidos.

La idea era que la gente no tire en las calles o banquetas la basura ocasional que en mínimas cantidades se va generando, sino que la deposite en los mencionados recipientes, con el fin de mantener limpia la ciudad y no dar una mala imagen.

Sin embargo, olvidándose del sentido común y de la responsabilidad, muchas personas los están utilizando para depositar la basura que deberían de tirar cuando pasan los camiones recolectores, dos veces por semana, porque no se trata de retacarlos con los desechos, ya que no es ese el fin.

Ha habido denuncias de que muchas personas que incluso no habitan en el barrio en el que han sido colocados, acuden en sus vehículos para depositar en los contenedores, grandes bolsas con basura, lo que ocasiona que en poco tiempo estén repletos, generando los problemas propios de una situación como esa.

Se ha podido observar que en algunos casos, cuando el depósito ya está lleno, dejan las bolsas afuera y llegan los perros u otros animales que las rompen y riegan los desechos, lo que se convierte en un problema mayor.

Un error fue tal vez haber adquirido los contenedores un tanto grandes, lo que hace pensar a algunos habitantes que están destinados colocar la basura que por días se va acumulando en la casa.

Otro problema es que han sido colocados, uno junto a otro, varios de tales recipientes en un mismo sitio y no de manera individual y aislada. Esto ha contribuido también a generar cierta confusión acerca del objetivo de su uso.

Por ello, tal vez sea necesario cambiar la estrategia. Por un lado, reducir el tamaño y por otro, distribuirlos de manera individual en puntos estratégicos para que cumplan con la función para la cual fueron concebidos.

A muchas personas se les hace fácil tirar la basura en esos depósitos y no esperar a que pase el camión recolector el día que le toca. Es cierto, a veces hay que levantarse muy temprano porque en algunas rutas pasan a las 7 de la mañana y en otros casos al mediodía o más tarde, cuando los dueños de la casa han tenido que salir a trabajar o a hacer otras cosas.

También hay que lamentar que por desgracia se ha perdido la (buena) costumbre de esperar a que pase la campana anunciando la próxima llegada del camión para sacar las bolsas.

De hace algunos años para acá, muchas personas dejan los desechos en la banqueta mucho antes, generando problemas de contaminación porque a veces los animales rompen las bolsas o si por pura mala suerte ese día no pasó la unidad recolectora, nadie recoge la basura.

La idea de colocar contenedores es buena, pero quizá habría que replantear la estrategia para que funcione mejor en beneficio de la ciudad (visitada por muchos turistas) y de sus habitantes.

Ahora solo hay dos opciones: dejar los contenedores como están y que la gente los rellene con basura, distribuirlos mejor o retirarlos, lo que, sin duda, generaría inconformidad entre algunas personas que ya se están acostumbrando a dejar los desechos en esos depósitos de color gris oscuro que ahora pueden verse en varios puntos de la ciudad coleta.

Más allá de estos lares, mientras tanto, se observan nubarrones negros que amenazan con desestabilizar la economía nacional, ya que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumplió la amenaza de un día antes de imponer aranceles del 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio.

A pesar de que había dicho que daría un plazo de un mes para decidir si tomaba esa medida, el magnate firmó ayer las órdenes ejecutivas que afectarán a México y Canadá, con los cuales tiene firmado un Tratado de Libre Comercio.

Parece que al magnate le da igual cumplir o no su palabra, pasándose por alto todas las reglas para una sana convivencia entre naciones, pues en pláticas telefónicas había prometido a la presidenta Claudia Sheinbaum y al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, esperar un mes.

¿Quién puede creerle ahora si es incapaz de cumplir su palabra? Está visto que a él como a sus antecesores, no es novedad, lo que le interesa es obtener beneficios en favor de su país a costa de los demás.

Claro que en el fondo debe de tratarse de una estrategia para obtener algo más, algo que no podría conseguir más que presionando con los tan llevados y traídos aranceles, aunque, en el caso de México, por lo menos, tal vez el gobierno no ceda a todo lo que pida. Por eso está tratando de apretar lo más que pueda.

El problema de tratar con un tipo como el actual presidente de Estados Unidos es que nunca se sabe cómo va a actuar, pues luego de incumplir su palabra cualquier cosa se puede esperar de él.

Ahora falta ver qué estrategia tiene el gobierno mexicano para enfrentar de la mejor forma posible esta afrenta del empresario estadounidense, al que habrá que aguantar cuatro años, si es que no sale con la jalada de tratar de quedarse más tiempo a como dé lugar. Todo se puede esperar de él.

Se supone que la presidenta y los empresarios mexicanos que han cerrado filas tienen algún plan para hacerle frente a la imposición de aranceles, por lo que no tardará mucho en que se dé a conocer. Eso en caso de que lo tengan en el tema del acero y el aluminio.

Lo más importante en el caso de México es que casi todos los sectores han ofrecido su respaldo a la presidenta, empezando por las fuerzas armadas que son uno de los pilares más importantes.

La anterior se observó durante la ceremonia del 112 aniversario de la Marcha de la Lealtad, que tuvo lugar el domingo pasado y que encabezó la presidenta Sheinbaum en el Castillo de Chapultepec. Incluso en ese acto reapareció el general Salvador Cienfuegos, quien fuera secretario de la Defensa Nacional (Sedena) durante el sexenio del priista Enrique Peña Nieto y quien fuera detenido en Estados Unidos en 2020, acusado de narcotráfico y lavado de dinero, cargos que en menos de dos meses le fueron retirados. Fin