Luego del acero y el aluminio y antes de los automóviles, el presidente Donald Trump se prepara para anunciar este miércoles tarifas aduaneras “recíprocas” que cambiarán las reglas del juego del comercio mundial.

El 2 de abril, apodado “Día de la Liberación”, Trump prevé levantar nuevas barreras aduaneras que dependerán de los aranceles que los países concernidos imponen a los productos estadounidenses, pero también de otros factores.

“Empezaríamos con todos los países, y vemos qué sucede”, dijo Trump el domingo a los periodistas a bordo del Air Force One. Cuando le preguntaron cuáles se verán afectados, dijo que no sabía si serán “15 países, 10 o 15”, y aseguró que “no hay un límite”.

Antes de esa declaración, se esperaba que la nueva ronda de aranceles del 15 % estarían dirigidos a los países que más desequilibrios comerciales tienen con Estados Unidos, un grupo que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, llamó “Los sucios 15”.

Trump está persuadido de que el mundo entero, en especial los aliados de Estados Unidos, “se aprovecha” de su país.

Su plan preciso es un misterio, como la amplitud de la respuesta de los países en la mira.

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, consideró este lunes que Europa se halla ante “un momento existencial”.

“Él lo llama Día de la Liberación en Estados Unidos, pero yo lo veo como un momento en el que debemos decidir juntos cómo tomar mejor las riendas de nuestro destino y creo que es un paso hacia la independencia”, declaró a la radio France Inter.